sábado, 16 de julio de 2022

Avatar: James Cameron explica su controversial comportamiento en el set de filmación

 



Nadie puede discutir el hecho de que James Cameron es un visionario. El problema es que el estatus de genio visual le dio también la posibilidad de explotar y abusar emocionalmente de sus colegas y eso nunca está bien. Mucho se habla de este tipo de comportamiento en Hollywood, y aunque nombres como Alfred Hitchcock y Stanley Kubrick no perderán nunca su lugar en la industria, el público de ahora comprende mejor los abusos que perpetuaron contra aquellos que estaban bajo su mando. Algunos casos extremos y terribles nos llevan al abuso sexual o físico, pero muchos de estos comportamientos van más hacia lo verbal y la tensión en extremo en el set de filmación.

Se sabe que Cameron tuvo muchos problemas al filmar El Secreto del Abismo - 89%, pues con su exigencia presionó tanto a Ed Harris que casi muere ahogado durante una toma. El actor golpeó en la cara al director luego de que le informaran que siguió filmando a pesar de que él estaba en problemas. Mientras que la actriz Mary Elizabeth Mastrantonio abandonó el set entre gritos al considerar que el elenco entero estaba en riesgo bajo la supervisión de Cameron. El resto de la producción se contentó con hablar mal del director a sus espaldas y nombrar la película con insultos.

Esta tendencia no mejoró durante la filmación de Titanic - 88%, que además se vio alterada de otra inesperada manera cuando la producción, incluyendo Cameron, se drogó con Polvo de Ángel (PCP). Nunca descubrieron cómo sucedió este incidente, pero hubo heridos y mucho caos del que todavía no se revela toda la historia. Con los años, la personalidad de James Cameron cambió un poco y se volvió más tranquilo a la hora de filmar, pero esto no siempre se mantenía, en especial con los miembros del crew.

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Según SlashFilm, Sam Worthington, protagonista de Avatar, reveló en su momento que Cameron disfrutaba de destruir los teléfonos que sonaban en el set. Por supuesto, eso incluyó muchos de la marca Apple que no son nada baratos, causando así un gran descontento entre todos. Pero el director defendió su decisión, diciendo que lo hacía en beneficio de la filmación:

¿Clavaba un teléfono celular a la pared con una pistola de clavos? Absolutamente, si sonaba a mitad de una toma.

Según él, esta destrucción no era resultado de la furia:

Lo hacía de una manera muy calculada y teatral. Pero cuando la historia se cuenta más adelante, suena como alguien que perdió la cabeza.

Aunque este rumor se conocía desde hace años, el director no pretendió nunca mantenerlo en secreto y él mismo ha dicho que su forma de trabajar ha cambiado con los años. A pesar del incidente con los celulares, la producción de Avatar fue más tranquila que otras. Cameron llevó al elenco a visitar selvas para que supieran cómo se sentía ese ambiente, pero no los obligaba a vivir ahí. Además, él mismo experimentó en los tanques de agua antes de aprobar la filmación para Avatar: The Way of Water, evitando así poner en riesgo a sus actores.

James Cameron nunca se ha arrepentido exactamente de sus acciones en los sets, pero sí considera que hay una diferencia entre ser cruel sin razón y ser increíblemente exigente para cumplir con sus propias demandas perfeccionistas. Lo que sí lamenta es no tomarse el tiempo de escuchar más a sus colegas y trabajadores, a quienes dejó en segundo plano para darle prioridad total a su visión cinematográfica.


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