El creador de uno de los fenómenos japoneses más grandes de todos los tiempos ha muerto este miércoles bajo las circunstancias más extrañas, generando polémica entre los medios locales e internacionales. Kazuki Takahashi fue mundialmente conocido por ser el creador de Yu-Gi-Oh, la serie manga publicada en Shūeisha y Shōnen Jump que vendió incontables unidades, dando paso a una exitosa serie de anime y a la venta de numerosas piezas de merchandising, propiciando la aparición de uno de los juegos de carta más conocidos.
A través de Comicbook se informa que la Guardia Costera de Japón encontró el cuerpo de Takahashi en el mar frente a Okinawa este miércoles, y que su identidad fue confirmada el jueves. No tenía lesiones visibles y llevaba puesto un traje de snorkel, por lo que se supone que su fallecimiento pudo deberse a ahogamiento. Las autoridades locales continúan investigando las causas de la muerte, pero sin lugar a dudas se trata de uno de los decesos más lamentables que se han observado en la industria del manga.
Aunque inició su carrera en 1982, la fama y fortuna llegaron hasta 1996, cuando comenzó la publicación de Yu-Gi-Oh; con 38 volúmenes, finalizó en 2004. Le siguieron continuaciones como Yu-Gi-Oh! R, Yu-Gi-Oh! GX, Yu-Gi-Oh! 5D's, Yu-Gi-Oh! Zexal, Yu-Gi-Oh! ARC-V, Yu-Gi-Oh! VRAINS, Yu-Gi-Oh! Sevens y Yu-Gi-Oh! Go Rush, pero Takahashi no se involucró en ellos. La serie anime del manga principal inició sus transmisiones en el año 2000 y también concluyó en 2004 con más de 200 capítulos, consolidando una lista de fanáticos que incluso al día de hoy siguen jugando con las cartas, participando en torneo e incluso ganando dinero a través de ellos.
Yu-Gi-Oh nos presenta la historia de Yugi Mutou, un niño que logra resolver un antiguo acertijo dentro de un artefacto egipcio, liberando el espíritu de un viejo faraón. Aunque en un principio el argumento no se centró en el juego de cartas, con el paso del tiempo se convirtió en la base de todo, generando millones en ganancias y derivando en series, videojuegos, libros y otros formatos de entretenimiento. En Latinoamérica, la serie animada obtuvo especial reconocimiento y los mazos de cartas se vendieron como pan caliente, incluso aquellos que procedían de la piratería; de la noche a la mañana, niños y adolescente quisieron formar parte del reino de los duelistas y la euforia no se han marchado, sólo se ha incrementado.
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