Huérfano, relojero y ladrón, Hugo vive entre los muros de una ajetreada estación parisina de ferrocarriles. Si quiere sobrevivir, nadie debe saber de su existencia. Sin embargo, un día tiene un descuido y es descubierto por una excéntrica chica, amante de los libros, y por un viejo y amargado juguetero. Y ya nada será como antes. Un críptico dibujo, un valioso cuaderno de notas, una llave robada, un autómata y un mensaje oculto del difunto padre de Hugo son algunas de las claves de un intrincado misterio.
Así se presenta la sinopsis de Hugo Cabret. Película que Martin Scorsese rueda directamente con tecnología 3D. La misma que utilizara James Cameron para Avatar. Siendo el debut del director de Infiltrados en el mundo de las tres dimensiones (uno más que se suma a la imparable y rentable corriente).
Con un reparto encabezado por jóvenes rostros como los de Asa Butterfield (al que vimos en la adaptación de El niño del pijama de rayas) y Chloe Moretz. Sin olvidarnos de Sacha Baron Cohen o Ben Kingsley.
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