En su inicio, Stranger Things era una serie con una trama sencilla, y era más un homenaje a las películas de los ochenta que otra cosa. Ahora, Netflix le tiene tanta confianza al éxito de la serie, que desembolsó una cantidad considerable de dinero para que Matt Duffer y Ross Duffer realizaran una espectacular temporada cuatro. Si comparas los efectos visuales, los sets y la tomas de los primeros episodios con los más recientes se notan las diferencias y la ambición con la que ahora quieren contar la trama.
Para todos los involucrados debió ser una sorpresa el éxito que alcanzó la primera temporada. La carrera de Winona Ryder revivió gracias a ella, los niños comenzaron a trabajar más en el medio y el mismo David Harbour, que ha sido un actor muy constante, comenzó a ser más reconocido y a ser invitado en proyectos de más visibilidad. Simplemente Millie Bobby Brown se volvió una celebridad después de protagonizar esta serie.
Ese es el riesgo en cualquier proyecto en el que un actor se involucre, que nunca sabe de antemano cómo será la respuesta del público. En el momento en que la serie fue propuesta para Netflix, la plataforma se encontraba experimentando, aprobando muchos proyectos que otras productoras rechazaban. Ahora con la crisis que están sufriendo por la baja de suscripciones seguro ya no aprobarán cualquier propuesta, serán más exigentes y selectivos.
David Harbour llegó a este proyecto, como con cualquier otro trabajo, sin saber qué pasaría después. Su sensación al estar en grabaciones era de que la serie no sería bien recibida por el público, que probablemente la cancelarían y no habría segunda temporada. En entrevista en The One Show (via Slashfilm) Harbour explica cómo se sentía trabajando en los primeros episodios:
A la mitad recuerdo que mi peluquera se acercó a mí, mientras estábamos filmando como el episodio cuatro, y me dijo: 'No creo que vaya a funcionar'. Para cuando terminamos, se acabó, pensé que no tendríamos una segunda temporada, seríamos el primer programa de Netflix en nunca tener una segunda temporada. Pensamos que nadie lo vería, que iba a ser un desastre.
Por suerte para Harbour no pudo estar más equivocado. La serie es uno de los más grandes éxitos de Netflix, por eso le han invertido tanto a la producción de los recientes episodios. La ultima temporada tuvo un presupuesto por capítulo que sería el equivalente a hacer una película. Fue tan amena y bien recibida que a pesar de la larga duración por episodio, el público vio las dos partes en su totalidad al momento de ser estrenadas. La quinta temporada planea ser el final de la serie, pero desde luego ya hay un spin off en camino.